Decisiones y datos: 8 perfiles básicos de acción

La crisis del COVID 19 ha evidenciado el problema de tomar decisiones a partir de datos y criterios científicos. Hemos visto, en los primeros días, la complejidad de tomar decisiones con datos incompletos, de tener que reconocer realidades incómodas antes de tomar decisiones y a tomarlas por unos criterios diferentes a los que posiblemente deberían tomarse. Esto no es algo nuevo para alguien que trabaje con datos: la tensión entre lo que una persona quiere hacer (o entender) y lo que le dicen los datos es enorme. Es algo que pasa a título individual (cuando te equivocas en algo y dices «no, esto no puede ser»), pero es más claro cuando interactuamos con otras personas. Así que quiero hacer una revisión acerca de los 8 perfiles más frecuentes respecto a los datos y decisiones y cómo gestionar las situaciones que generan, algo que es medular en la Transformación Digital.

El cuadro Creso y Solón ilustra este artículo sobre datos y decisiones.
Creso contándole a Solón que tiene un nuevo dispositivo de Smart Cities que es la leche. Fuente

Vaya por delante que estos arquetipos son fluidos. Quitando perfiles muy recalcitrantes (el ciego) que son una actitud en la vida, lo normal es que una persona vaya dando botes de uno a otro no digo a lo largo de una carrera, sino de una misma semana o una mañana de trabajo según el tema, su interés, su vinculación emocional o la urgencia. En todo caso, siempre hay perfiles dominantes que tienen bastante que ver con la percepción que tiene la gente de si misma, de la tecnología y de su capacidad de influir en el entorno.

Decisiones sin datos

Empecemos por lo básico: tomar decisiones cuando no hay datos.

El que ni tiene ni quiere: el ciego que no quiere ver

  • ¿Quién es? El perfil más alejado es el del ciego que no quiere ver. Se trata de esa persona que no sólo no tiene datos sobre algo, sino que, además, ni siquiera los busca.
  • ¿Dóndese se encuentra? Este perfil suele estar asociado con organizaciones más o menos verticales y una cierta autonomía de decisión que evita que tenga que justificar sus datos. No es que no haya en otros sitios, es que en esas se puede hacer más fuerte.
  • ¿Cómo distinguirlo? Normalmente actúa de manera atrevida y osada (entendiendo como esto que hace lo que le da la gana).
  • ¿Cómo suena? «esto ya lo se yo» o «sigo mi instinto». Ojo, esto no significa forzosamente que no sepa (a veces el instinto es actuar a partir de cosas que no sabemos que sabemos), pero desde luego las probabilidades de error son más altas.
  • ¿Qué hacer si te encuentras uno? Si tienes la suerte de encontrarte con uno y está jerárquicamente por encima (y no rinde cuentas a nadie, o tiene el apoyo), simplemente observa cómo un tsunami viene a la costa y reza porque no llegue a tu montículo.

El que no tiene, pero los busca: bricomanía

  • ¿Quién es? Es esa persona que quiere tomar decisiones con datos pero que por lo que sea (no tiene medios, no existen los datos, no se los pasan), no tiene acceso a ellos.
  • ¿Dónde se se encuentra? Este tipo de persona se encuentra o bien en ecosistemas reducidos (organizaciones muy pequeñas) o en los límites de la manada (es decir, está ahí, pero el que tiene los datos no le hace caso.
  • ¿Cómo distinguirlo? Generalmente está pidiendo datos a quién le escucha. Ya en su etapa más madura lo puedes encontrar haciendo cursos o buscando datos allá donde pueda, como los mapaches buscan gusanos. Es posible que esté sumergido en cursos específicos o investigando.
  • ¿Cómo suena? «Me podrías mirar esto» es uno de sus sonidos habituales. Otros pueden ser «estoy buscando…» o «estoy aprendiendo…»
  • ¿Qué hacer si te encuentras uno? Generalmente abrigarlo y mimarlo porque su mayor problema es crecer en un ecosistema adverso. Por otro lado, hay que tener cierto cuidado si no se da cuenta de que los datos que pueda apañarse por su cuenta posiblemente sean incompletos y se aferre a ellos incluso si no son precisos (el efecto Ikea).

Perfiles que sí tienen datos

Ahora entramos entre quienes tienen datos (más o menos precisos o correctos, pero aceptables)

No se los cree: el capitán del Titanic

  • ¿Quién es? Es ese tipo de gente a la que la realidad le puede estar dando en el morro y, aún así, simplemente niega la mayor.
  • ¿Dónde se se encuentra? En cualquier sitio. Son tan ubicuos e impredecibles que es muy fácil que ahora estés pensando en dos o tres personas. También hay que decir que, a veces son simplemente «brotes» circunstanciales, es decir, la negación es el primer paso del ciclo del duelo, así que todos podemos ser negacionistas en un momento dado.
  • ¿Cómo distinguirlo? Se suelen distinguir solos. Normalmente generan una vorágine a su alrededor, sobre todo si en su entorno hay personas más o menos normales.
  • ¿Cómo suena? Hay diversas escalas. La más ramplona es «eso no me lo creo yo». Sin embargo, en ejemplares más sofisticados te puedes encontrar auténticos maestros del sofisma que te pueden hacer perder el tiempo (y la paciencia). Recuerdo un tipo que aplastaba durante horas a la gente que no podía escapar de su explicación magistral (con mapa) «en China no vive ni la mitad de gente de la que dicen».
  • ¿Qué hacer si te encuentras uno? Podría decir que lanzarle más datos, pero, por muchos datos que le presentes, no se los va a creer, porque no quiere o no le conviene. Aquí hay que intentar acercarse por lo emocional y por ponerse un poco de su lado para descubrir la misma decisión que le dicen los datos sin que sean los datos quien se los diga.

Los que se los creen pero no actúan:

Los que no disimulan: la orquesta del Titanic

  • ¿Quién es? Esas personas que ven los datos, los conocen, saben que son ciertos y… no hacen nada porque no pueden, no saben que hacer o, simplemente, pasan.
  • ¿Dónde se se encuentra? Generalmente en algún rincón de una organización en la que por tamaño o por su antigüedad en el puesto no se ven con fuerzas para cambiar las tendencias de la organización
  • ¿Cómo distinguirlo? Suelen estar muy escondidos o, mejor dicho, son difíciles de ver porque, bueno, no están haciendo mucho. No toman decisiones sobre los datos, pero tampoco las bloquean. No discuten a quien actúa contra ellos, simplemente tocan el violín mientras el barco se hunde.
  • ¿Cómo suena? Generalmente no suenan mucho, pero si lo hacen es algo parecido a «haced lo que queráis», » a mi me da igual», o » esto se veia venir, pero qué importa». Tienen en muchos casos una actitud que va de lo pasivo-agresivo a lo pasivo y punto.
  • ¿Qué hacer si te encuentras uno? Generalmente estos perfiles están relacionados con gente que ha perdido su motivación por hacer algo que no sea seguir al ralentí de la organización. Intentar recuperar su estado de ánimo para volver a activarles es una cuestión de motivación.

El que no hace nada y disimula: el poser.

  • ¿Quién es? Las personas que no hacen ni el huevo, pero disimulan rodeando de argumentos que parecen fundamentados en los datos sus decisiones que ya traían hechas de casa.
  • ¿Dónde se se encuentra? Están en organizaciones modernas en las que está muy mal visto hacer las cosas a las bravas: sus compañeros y compañeras entienden que hay datos para decidir y no usarlos no es buena manera.
  • ¿Cómo distinguirlo? Son especímenes difíciles sobre todo si tienen habilidad para racionalizar sus decisiones ya hechas previamente. En términos generales hay que hacer una pequeña proyección y pensar si la decisión que toma va en el sentido de lo que tomaría sin tener datos. Si esto pasa a menudo, tienes un poser a bordo.
  • ¿Cómo suena? Son muy miméticos, así que pueden manejar verborrea y datos de manera similar a la correcta pero no pueden evitar hacer alguna trampilla (modificar un cálculo, omitir alguna información). Generalmente se les distingue más por lo que callan que por lo que dicen.
  • ¿Qué hacer si te encuentras uno? Desconfiar de los datos que presentan.. suelen ser muchos (eso aumenta puntos poser) pero suele haber fallos o conclusiones incorrectas. Los poser suelen tener una habilidad especial de adaptarse al entorno, así que una vez que evidencias que están equivocados, se unirán a la cruzada como si siempre hubieran estado allí.

Las personas que tienen dato y actúan.

Los que actúan justo en el sentido contrario de lo que dicen los datos: el primo Larry

  • ¿Quién es? Es esa persona que aunque tenga datos, se los crea y vaya a actuar crea que su capacidad de superar la realidad. El primo Larry (de primos lejanos, si tienes cierta edad lo entenderás) era de este perfil. Tenía siempre un plan totalmente absurdo porque creía que era lo más de lo más.
  • ¿Dónde se se encuentra? Hoy en día con tanta charla de emprendimiento, pensamiento positivo, Paolo Coelho y coaching, en cualquier sitio.
  • ¿Cómo distinguirlo? El primo Larry se hace notar porque está convencido de que es lo mejor que le ha pasado al mundo o, en su caso, que sea lo que sea lo que pretendes, si lo intentas mucho la persistencia, el universo o la pachamama se pondrán de su lado.
  • ¿Cómo suena? Hablan mucho acerca del esfuerzo y la voluntad para cambiar las cosas, para demostrar que los datos se equivocan o que todo ira bien porque, bueno, porque si. Si no, la frase insignia del Primo Larry («tengo un plan») es muy posible que aparezca.
  • ¿Qué hacer si te encuentras uno? Mi consejo es tomar tila, mucha tila, toda la tila del mundo. Si pueden cambiar la realidad pese a que los datos sean malos, todo lo que intentes no va a ser suficiente para que cambie de opinión.

El que hace demasiado caso: Creso

  • ¿Quién es? Creso, rey de Lidia hizo tanto caso al oráculo de Delfos que le dijo que si mandaba su ejercito al este contra los persas acabaría con un imperio. El imperio con el que acabo fue el suyo. Creso hacía tanto caso a lo que le decía el Oráculo que se lanzó de cabeza provocando su perdición. Hay gente que cree tanto los datos (o la tecnología que los recoge) que incluso va contra sus propios ojos. La versión más moderna diría que es la muerte por GPS.
  • ¿Dóndese se encuentra? Generalmente en organizaciones que tienen sistemas muy avanzados de datos y muy completos, normalmente después de una gran inversión y resultados aceptables.
  • ¿Cómo distinguirlo? Generalmente Creso se cree lo que diga el cacharro sin mirar nada más, así que si hay elementos que hacen dudar de que los datos sean completos y fieles no solo los va a ignorar, sino que los desacreditrará activamente porque no lo dice el cacharro. En el ejemplo de la «muerte por GPS» aunque te lleve por mitad del desierto, insistirá en que esa es la mejor ruta porque lo dice el cacharro.
  • ¿Cómo suena?La confianza en el armazón tecnológico es el principal elemento de fe. Es decir, el argumento es circular: el dato es correcto porque lo dice la máquina y la máquina es buena porque dice lo correcto. Todo lo demás son modificaciones al respecto.
  • ¿Qué hacer si te encuentras uno? Este perfil no es tan contrario a la crítica, así que con nuevos datos (a ser posible con herramientas con las que se fie) es una buena opción.
Infografía explicando los 8 arquetipos del uso de datos para la toma de decisiones

El que actúa de manera correcta: el último superviviente.

  • ¿Quién es? Si queréis que os cuente algo, hacer casos a los datos no es una cosa sencilla. Normalmente los datos nos dicen que somos menos guapos y musculosos de lo que creemos, somos más bajitos y tendremos que hacer cosas que no nos gustan. Es un poco como Bear Grylls en «el último superviviente»: no te gusta el panorama, tendrás que hacer cosas que no están bien, pero es la única manera de salir adelante.
  • ¿Dónde se se encuentra? En cualquier sitio.
  • ¿Cómo distinguirlo? El último superviviente escucha, aprende, tiene escepticismo ante los datos para no dar nada por sentado y asume que las decisiones no siempre van a ser fáciles.
  • ¿Cómo suena? Generalmente no suena muchas veces, pero suena cuando tiene que sonar. Escucha (mucho), decide y explica lo que decide y por qué decide.
  • ¿Qué hacer si te encuentras uno? Abrázalo, estás en tu momento de suerte.

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