Las fechas previas a la publicación del Informe de Transparencia en los Ayuntamientos (ITA) de Transparencia Internacional son especiales. Digamos que se nota como los Ayuntamientos esperan con ansiedad su calificación como si fueran estudiantes a fin de curso. Pocas veces se ve a tantas administraciones focalizando su atención en un tema así. Difícilmente podríamos haber llegado a este punto en el desarrollo de en España sin él. Sin embargo, también creo que esta tensión acaba generando algunos efectos no deseados en lo que pretende promover: la rendición de cuentas ante la ciudadanía.

La importancia del ITA para la transparencia en España.
El ITA focaliza gran parte de la atención sobre la Transparencia en España. La autoridad de esta organización hace que el impacto de sus informes sea más que relevante. Su visibilidad en los medios de toda índole hace que lo que no suele ser objeto de portada lo sea. Eso es un acicate: a nadie le gusta desayunarse con las portadas de los periódicos diciendo que no cuentas todo lo que deberías.
El modelo del informe cumple a la perfección dos funciones. Por un lado su propia estructura permite comparar cómo están realizando las distintas organizaciones sus obligaciones. Gracias a sus resultados podemos ver qué tal van dos municipios muy diferentes en temas de transparencia. Por el otro, gracias a su perspectiva comparada, ayuda a estas instituciones a focalizar la atención en los puntos que considera más relevantes. Todos tienen que cumplir una ley más o menos concreta: el ITA dice qué tiene más impacto para alcanzarla realmente.
Hay que considerar que el modelo genera tanto impacto que, como se dice, los árboles no dejan ver el bosque. En este caso, es al revés: es el bosque el que no deja ver cada árbol.
El ITA es un instrumento ideal para poder poner contexto a la transparencia en el conjunto de los municipios, pero no en la de cada municipio.
El peligro de hacer un ranking.
Tengo un conocido que participa en un la elaboración de un informe internacional de enorme relevancia. Dicho informe tiene un ranking que compara la situación de una política concreta en distintos países. Para él, y sus compañeros, es la parte menos interesante. Su objetivo es, a través de la comparación, encontrar qué aspectos de dicha política inciden de una manera u otra en el sistema. Sin embargo, un ranking es algo tan simple, atractivo y potente, que eclipsa todo lo demás.
Dame una lista ordenada de mejor a peor, y olvídate de explicaciones, parece decir nuestra voz interior.
Y esto nos afecta a todos. Afecta a los medios, que sacarán sus noticias con sus portadas. Afectará a las instituciones (con distinto estado de ánimo según el resultado), a los grupos políticos (en función de su posición respecto al gobierno, será su opinión) y, en mayor o menor medida a la ciudadanía. En la institución este impacto es enorme. Mi visión, desde fuera, es que cuando va a salir el informe, las unidades de transparencia se pegan el «atracón» como un opositor la semana de antes del examen.
En el mundo audivisual hay se utiliza la coletilla pleasure para decir a quién trata de agradar la historia. Fan pleasure es cuando intentamos hacer algo que contente a los fans. Crowd pleasure es cuando buscamos gustar a todo el mundo. En el caso del ITA casi que podríamos hablar, como en otros informes, de Auditors Pleasure: hacer las cosas al gusto del auditor.
Comparando lo que no siempre es comparable.
No voy a hablar de la metodología del ITA, porque más allá de leer los informes, no la conozco y estoy seguro de su solvencia. Sin embargo, si voy a hablar de algo que conozco bien: los portales de transparencia en España. La gran mayoría de los portales tiene la estructura de los bloques e indicadores del ITA. En algunos casos, han delegado toda la arquitectura del portal en los requerimientos del ITA. En otros, se opta por hacer una estructura doble: por el ITA o por el portal. Y en todo caso, se trata de poner al alcance de la ciudadanía el resultado del informe.

Aquí si que tenemos un problema. Comparar con la misma vara de medir los portales de Transparencia de distintas comunidades políticas es problemático. Sería el equivalente a comparar Amazon (si, otra vez el mismo ejemplo), con un comercio especializado en maquetas y una tienda de alta cocina. Evidentemente, los tres se dedican a la misma actividad, pero ni su público, ni las expectativas y necesidades de este, ni el lenguaje, ni los intereses son los mismos para todos. Evidentemente, en esta comparativa, Amazon se comería con patatas a los otros dos, pero éstos posiblemente sean comercios que se adapten mucho más a las necesidades de su comunidad.

La transparencia es algo que le ofreces a la ciudadanía, no a la auditoría.
El ITA lógicamente no tiene esta intención. La granularidad del informe segrega municipios por población y los contenidos por bloques. Es decir, es lo bastante granular para poder contextualizar el informe y poder sacar conclusiones. Sin embargo, una vez que se hace un ranking, su potencial comunicativo arrasa con todo lo demás. A fin de cuentas, nadie mira cuál es el municipio que dá más información sobre la institución entre aquellos de menos de 250000 habitantes. Una vez que dices que A es mejor que B, todo lo demás está olvidado.
Cada comunidad política tiene sus propias aspiraciones, normas, necesidades e intereses. Pese a que comparemos, por ejemplo, Madrid y Barcelona, ni las prioridades, ni los intereses, ni el lenguaje ( y no me refiero al idioma) de ambas ciudades es el mismo. No digo mejores o peores, digo el mismo. No hablemos ya de otros municipios que por cultura política, tiene un interés en otro mecanismo de rendición de cuentas diferente a un portal, o a unos indicadores diferentes. O a ciudades que tienen su información disponible integrada en toda le web y no en el portal ¿son peores? ¿Se merecerían estar a la cola de un ranking sonrojando a sus responsables en los medios?
Se trata de crear algo para tu público, no para una comparativa.
Yo, por mi parte, creo que la creación de un ranking genera este impacto. Ese es el motivo por el que yo, a diferencia del primer estudio sobre portales, este año he evitado esa herramienta. Es lógico pensar que el impacto mediático (a los medios también les gustan estas clasificaciones) será menor, pero creo que evita parte de los impactos de esta atención.
Encuentra tu propio modelo de Transparencia.
Esto no significa que el ITA sea malo, o culpable de nada. Creo que han hecho un trabajo realmente importante. Ahorra un enorme esfuerzo a la hora de diferenciar que documentos tienen un valor sustantivo en la transparencia. Sin embargo, sentando esta colección documental una base común, cada institución debe de entender su relación con su comunidad política y crear el modelo que a ella le interesa.
Esto no deja de ser un desafío. El ITA seguirá existiendo y muy posiblemente mantenga su sistema de clasificación y deparando información muy útil. Salirse de esta estructura, no obstante, puede suponer acabar a la cola y salir en la prensa. Esto no es cómodo, pero no es tan importante si lo que tenemos es un proyecto y una visión propia.
Un proyecto te permite defender tu idea y no seguir la de otros.
Pero claro, esto es un plus de atrevimiento que siempre es aplaudible pero casi nunca exigible. A fin de cuentas, yo puedo animar a la gente a arriesgarse a hacer un modelo distinto, pero quien recibirá críticas serán ellos. Aquellas instituciones que se sirvan del ITA para mejorar una visión propia, posiblemente llegará más lejos y no estará tan preocupada como otras.
Por el otro lado, muchas instituciones que están aquí por obligación, seguirán una estructura de mínimos que posiblemente sirva para cumplir la Ley y las exigencias del ITA pero, que no sea interesante o relevante para la ciudadanía. Esto no significa que sea malo (mejor un portal que hable a la nada que ningún portal), pero si que podemos errar el camino: de cumplir leyes a cumplir auditorías pero no con las personas.