La verdad es que uno no puede evitar sentirse abrumado por la cantidad de datos públicos que hay por ahí. No hablo solo de los portales de datos abiertos, de transparencia e institucionales, sino en casi cualquier sitio. Internet ha venido a abrir y soltar prácticamente todo lo que tienen las administraciones públicas. Uno de estos casos es la contratación pública. El entorno digital ofrece la oportunidad de mejorarlos sustancialmente. Más competencia, más rapidez, más fiabilidad, más legalidad y… ¿más transparencia? Pues creo que solo a medias. Y como soy más de hacer que de decir, os cuento lo que he estado haciendo para que ese «Más transparencia» no sea una pregunta.

La inútil ubicuidad de los datos
Hoy en día todos los entes públicos deben colgar sus contratos actualizados en mi querida Plataforma de Contratación del Estado. Algunos pueden colgar sólo unos pocos datos si tienen plataformas asociadas autonómicas. La cuestión es que, si esto se diera (y luego entramos en ello), tendríamos toda la contratación pública en un portal. O en unos pocos muy asociados. Y esto es así. Millones de datos (CODICE, que es el sistema de codificación, tan versatil y detallado como extenso) cuenta la radiografía de los datos fundamentales de cualquier contrato.
Y sin embargo, entrar en cualquiera de estos portales es, cuanto menos, poco claro. Hay muchos datos y más o menos homogeneizados, pero no hay ni ordenación, ni clasificación, ni contexto para entender nada. No sólo digo la vista estética, y el modelo de listados y fichas. Me refiero a que lanzar una búsqueda (y no hablemos de la búsqueda avanzada) es incómodo y lento.
En el mejor de los casos, sabremos de un contrato, o unos pocos, o de unos cuantos contratos de un órgano concreto. Y ya.
Con los webservices se puede hacer de todo, menos sentarte sobre ellos
Esto es de puertas afuera. En lo que se refiere al plano interno parece que la cosa tampoco es sencilla. Pongamonos en el caso de un ayuntamiento que tenga un perfil del contratante y un portal de transparencia (por no añadir uno de datos abiertos). Es muy sencillo que, en las condiciones actuales tenga que poner por triplicado sus datos de sus contratos. Si fueramos rigurosos, posiblemente, actualizar (por tres) los datos de cada contrato en cada variación. Si, ya sé que no es el nivel de exigencia de la Ley de Transparencia, pero ¿por qué no soñar a lo grande?
En términos generales, la integración entre estas soluciones tienen dos aproximaciones. Por un lado podemos recurrir a una fórmula muy habitual: poner a alguien a hacerlo. Por el otro podemos optar por Webservices que permitan, via archivos CSV bajar de una plataforma a otra y luego a otra cada cierto tiempo.
En términos reales nos encontramos en que utilizamos una tecnología no muy ágil y rápida, disruptiva (en el tiempo de trabajo de quien descarga y sube) que se suele hacer a medida. Esto se traduce en que posiblemente uno de esos entornos (si no los tres) estén desactualizados y que información que debería estar ya (los contratos menores) tengan una flexibilidad de tres meses.
Por lo que me cuentan, un dolor de cabeza.
Hacer que el trámite sea algo más que el trámite: hacer algo útil
Así que, en realidad tenemos que subir información de contratos a la plataforma del estado puede ser, en muchos casos, un trámite. Algo que no quieres hacer y que no está aportando mucho valor.
Así que, dándole vueltas a la cosa, me plantee, ¿por qué no hacer que un repositorio de datos ordenados y estatutariamente actualizados tengan algo útil? Y me puse a hablar con Alvaro Ortiz y Fernando Blat de Populate, mis socios en esta aventura, de cómo podríamos hacer esto. La idea es poder coger todos esos datos y poder convertirlos en algo útil, para lo que necesitamos:
- Significado. Es decir saber lo que supone para una organización cada contrato en sí mismo
- Contexto. Aportar valor al significado comparando los contratos por diversas características (importes, tipos, plazos, licitadores…)
- Relevancia. Integrar el valor de cada contrato en el total de la gestión de la organización.
- Valor. Ofrecer a las organizaciones una transparencia efectiva y a la ciudadanía un conocimiento correcto.
Es decir, pensamos de qué manera podíamos hacer que ese trámite (subir los datos a una de las plataformas de contratación disponibles), deje de ser un trámite para hacer algo útil para ciudadanía, administradores y empleados públicos.
Contar la historia con los datos de puertas afuera
Para ello empezamos a pensar qué nos interesaría conocer de los contratos de una o varias organizaciones. Empezamos mirando los tipos de procedimiento, tipos de contratos, importes, fechas, etc. Todo lo que nos diera algún sentido gráfico de lo que hace realmente la organización.

Así que montamos un prototipo de cuadro de mandos interactivo que permita comparar los contratos de una organización pública. Pero claro, eso nos da contexto, y relevancia, pero no aporta tanto significado ni valor. Para ello creamos dos páginas diferentes. Una para los proveedores y otra para cada contrato. De esta manera, nuestra idea es agarrar con un mismo grupo de datos el conjunto de la organización, el valor de cada contrato y la relación de cada proveedor. Todo ello sin suponer un trabajo adicional.
Esto además nos permite hacer cosas como integrar diferentes entidades sin un gran esfuerzo. Por ejemplo, tener los datos de todos los ayuntamientos de una misma provincia.
Y de puertas adentro
Luego, después de hacer una serie de consultas nos encontramos con algo aún más interesante: un cuadro de mandos. Porque, a fin de cuentas, lo que es necesario para la transparencia efectiva, también lo es para el control efectivo. De esta manera, con los mismos datos y algo de procesamiento, nos proponemos crear un cuadro de mandos interno de contratación. Pensemos, por ejemplo, en tener que buscar un contrato, o saber el tiempo medio de paso de estados, o importes medios de licitación. Por no hablar de cuantas licitaciones han tenido solo una oferta… Esto en el plano interno y técnico es un elemento que facilita la vida.

Estoy seguro de que hay muchas plataformas de contratación que permiten hacer esto, pero una persona que trabaja en el sector público que ha pedido permanecer en el anonimato me ha confirmado que ha tardado horas en encontrar un procedimiento suyo en la plataforma de contratación del Estado.
Preguntando a los que saben
Pero si hay algo que teníamos claro es que incluso dedicándonos a estas cosas, conocemos muy poquito de contratación. Es más, aunque supiéramos algo, no podemos saber bien qué interesa a la gente de dentro y de fuera de la organización. Así que les pedimos (abusamos un poco) de gente a la que conocemos para preguntarles ideas, impresiones y nuevas necesidades. Porque preguntar es sencillo y aprendes un montón. De ahí salieron ideas estupendas, como por ejemplo, devolver los datos en csv para subirlo a datos abiertos, integrar los datos en mapas para obras públicas, o editar algunos sistemas de colores, señales y textos.
Esta gente ha hecho que una idea más o menos interesante tenga una perspectiva extraordinaria de crecimiento.
Cómo conseguirlo
Es muy sencillo, puedes ponerte en contacto conmigo o bien con mis socios de Populate, te contamos y nos cuentas.
En todo caso, como es algo en lo que creemos mucho, esperamos próximamente ir sacando artículos sobre los datos de contratación pública en España. Estamos seguros que de esa manera tendremos al menos una idea clara de si algo es caro, barato, o de si hay administraciones que se ahorran más que otras con sus mecanismos de contratación.
Además, pensamos hacer más cosas sobre este concepto, así que estad atentos y atentas.