No sé si conocéis el estupendo podcast de la Dirección General de Gobernanza Pública sobre el Ciclo de Administración Abierta que me permite escuchar estas conferencias estando al otro lado del mundo. En el último programa que escuchaba hace tiempo Carles Ramió daba una conferencia acerca de los retos de la Administración Pública del futuro más que recomendable. Sin embargo, mientras iba haciendo la compra y escuchando al profesor Ramió casi me tropiezo cuando dice que la Inteligencia Artificial no es cara, sino que esto es un fake (minuto 60:46).
Estoy convencido que alguien que ha publicado profusamente sobre Inteligencia Artificial y Administración Pública sabe que esta afirmación es, como poco matizable. No ya el tema de si es cara o barata, lo que nos llevaría a una discusión sobre el valor que aportaría, lo que supera con mucho lo que este blog puede contar, sino que existen una serie de costes directos e indirectos que hay que contemplar. Siguiendo la afición de Ramió a los símiles universitarios, decir que la IA es barata porque los algoritmos se pueden descargar es como decir que la educación universitaria es barata porque la matrícula cuesta poco; hay costes directos, indirectos, soportados por la sociedad a incluir en la ecuación que, si no tenemos en cuenta, puede llevarnos a donde no queremos.
Así que quiero hacer una breve recopilación de costes asociados al uso de la IA en las AAPP para que nadie se lleve a engaños.